Entrando en 2025, el mercado inmobiliario chino enfrenta múltiples desafíos, con los responsables políticos promoviendo la reforma del impuesto sobre la vivienda con el objetivo de frenar la especulación y estabilizar las expectativas del mercado. Como una herramienta fiscal importante en la fase de tenencia, el impuesto sobre la vivienda aborda las deficiencias del sistema de impuesto sobre la propiedad y es propicio para promover el desarrollo saludable del mercado inmobiliario y la distribución racional de la riqueza social.
Basado en la experiencia de las ciudades piloto que se están profundizando, la política optimiza aún más la tasa impositiva y los métodos de cálculo de impuestos, amplía el alcance del piloto y demuestra la flexibilidad de "políticas específicas para cada ciudad y regulación clasificada", preparándose para la promoción a nivel nacional.
Los impuestos sobre la propiedad han aumentado directamente el costo de mantener bienes raíces, suprimiendo los deseos especulativos de algunos inversores y llevando a algunos fondos a fluir hacia otras clases de activos. Los atributos de inversión del mercado inmobiliario se han debilitado, y los participantes del mercado están más inclinados hacia la compra racional de viviendas.
El aumento de la carga fiscal ayuda a frenar el aumento irracional de los precios de la vivienda, especialmente en el mercado residencial de alta gama, donde los precios en algunas áreas han mostrado signos de estabilización o incluso una tendencia a la baja. La estructura del mercado está cambiando para ser dominada por la demanda de auto-ocupación, y la desaceleración en el crecimiento del mercado inmobiliario se ha convertido en la norma.
Con la implementación de impuestos a la vivienda, el mercado de alquiler puede dar paso a nuevas oportunidades de desarrollo. La vivienda de alquiler servirá como un complemento necesario para satisfacer las diversas necesidades de vivienda de los residentes, promoviendo un sistema de seguridad habitacional más完善.
Los ingresos por impuestos a la propiedad se han convertido en un importante suplemento a los ingresos financieros locales, mejorando la seguridad de financiamiento de los gobiernos locales y proporcionando un apoyo financiero continuo para la construcción urbana y los servicios públicos.
Los compradores de vivienda y los tenedores necesitan aprender activamente las políticas, aclarar su propia situación de carga fiscal, hacer planes de presupuesto y evitar dificultades financieras debido a la presión fiscal.
Ajustar razonablemente la asignación de bienes raíces, centrarse en las necesidades residenciales, reducir la proporción de viviendas de lujo de alto precio y disminuir los riesgos de carga fiscal.
Los inversores pueden prestar atención a las oportunidades de desarrollo en el mercado de alquiler, participar en el arrendamiento de viviendas, obtener rendimientos estables y, al mismo tiempo, evitar algunas cargas fiscales por tenencia.
A medida que el sistema de impuestos sobre la vivienda continúa mejorando, el mercado inmobiliario entrará en una nueva etapa de desarrollo más saludable, más estable y sostenible. Las políticas guiarán los fondos para fluir de manera razonable, promoviendo un equilibrio entre la oferta y la demanda en el mercado. A largo plazo, el impuesto sobre la vivienda se convertirá en una importante garantía institucional para mantener el orden en el mercado inmobiliario y promover la equidad social.