Hace años, en un lugar de trabajo donde trabajé, había un hermano que era empleado de una empresa que era nuestro cliente y que conocíamos desde hace mucho tiempo. Él era una persona muy bien intencionada y honesta, siempre nos encontrábamos, tomábamos café y charlábamos. Entramos en un período en el que nuestro trabajo se volvió muy intenso, casi no podía ir a casa. En medio de este período tan ocupado, un día este amigo vino y me dijo que necesitaba hablar conmigo, me invitó a su oficina. Cerró la puerta y me dijo: "¿Qué te hice? ¿Por qué ni siquiera me miras? Buenos días". No volviste a mir
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